Revolución

Cansado el pueblo de injusticias
ocupó enfurecido las calles
anhelante de tener lo que es suyo
y, sin embargo, jamás poseyó:
Democracia, justicia, libertad,
seguridad, fraternidad, igualdad,
pero más importante que nada: Dignidad.

El mundo comprendió a golpes
que democracia no son urnas;
sino que son plazas ocupadas,
son carteles, gritos, asambleas,
son ardientes discursos de verdades,
páramos de promesas y selvas de hechos.
son personas, son ideas, son discusiones,
son puños en alto y canciones.
Quinces de mayo, o mayos del 68.

El mundo aprendió a golpes
que democracia es revolución.

Al joven revolucionario

Ayer, o yo qué se cuando, cumplía ochenta y tantos años un hombre cubano que mantiene todavía, con casi un siglo vivido, la chispa y la fuerza vital, los ideales y la tenacidad, la impaciencia y la sed, la lucha y el amor, de un joven recién enfrentado a la realidad, recién enamorado de un mundo que necesita cambios.

Hace ya más de medio siglo que con 82 hombres de los que te sobraban 70 conquistaste un poder que desde siempre os había sido arrebatado por despóticos dictadores y metrópolis de otra época, enseñando al mundo como un grupo de valientes podía hacer valer sus ideales por encima de la opresión de unos ruidosos vecinos del norte y de un sistema injusto que os explotaba. 

Tantos años después, tantas heridas en el corazón, tantas mentiras difundidas, tanto embargo económico, tanta gélida guerra, y ahí estás. Erguido, Comandante, como se yerguen los leones viejos: nobles, dignos, bellos, magnánimos, majestuosos, con la mirada joven y el pulso tranquilo, dueños de su pequeño territorio amenazado por leones más grandes, pero menos feroces. Ahí estás viejo león, aguantando durante más de 50 años embestidas y embestidas, amenazas y amenazas, mentiras y mentiras. Soportando el embargo, y sobre todo soportando la humillación a la que los medios de todo el mundo cada día te someten inundando páginas y páginas de falacias inventadas y comentarios sesgados. ¿Pero de que nos extrañamos Comandante, si los que te atacan en periódicos y medios están pagados por los que derrotaste allá por el 59? Los mismos que ahora nos hunden en la miseria de una crisis creada por ellos, en las guerras de un petroleo sin escrúpulos, los mismos que de nuestros hogares nos expulsan, los mismos que se cargan la educación y la sanidad por la que tanto sigues luchando. Sí, el Capital del que un judío alemán nos advirtió hace mucho, el capital y sus dueños. Esos que se llenan la boca con la palabra libertad, democracia y justicia; y son los que crean la injusticia, la pobreza, la dictadura del capital y la falsa libertad. ¡Los mismos que derrotaste mi Comandante!

Aquí, en esta Europa en posesión absoluta de la verdad, en esta España de tan augusta tradición democrática en la que ningún arbitrario castrense impuso su ley, ni ningún ciudadano gritó «Vivan las caenas» a ningún estúpido rey, te tachan de dictador, orgullosos de poder votar cada cuatro años a cualquier fantoche que siga atando sus «caenas». A ti, querido Fidel, socialista soberano por aclamación popular que devolviste la soberanía a la más hermosa isla del Caribe, que arrancaste casi solo las pesadas cadenas de todo un imperio como EEUU, a ti que devolviste la fe a la humanidad, a ti que enseñaste a leer y a escribir a un pueblo analfabeto, a ti que diste de comer a los pobres, a ti que educaste a los mejores médicos y con ellos curaste a todos por el único hecho de existir, a ti que a tu pueblo privaste de lujos y los proveíste de cosas necesarias, de felicidad, a ti que buscas la paz y la justicia, la igualdad y la libertad. ¿A ti te llaman antidemócrata? Más allá de fallos, de cambios necesarios, de obstáculos puestos en el camino, de necesidad de actualización, creo que no hace falta preguntar quién es el demócrata y quienes los dictadores.

Sigue fumando joven Comandante, sigue caminando erguido por el camino de la gloria, de la verdad, de la justicia. La Historia te absolverá joven guerrero que te acercas al siglo con la ilusión de un niño. Felicidades.